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El yoga clásico, una nueva forma de vida saludable, feliz y tranquila
16/10/2011 - 20:59 Escrito por Lanza
Noemí Velasco
Puertollano
Rutinas saludables basadas en el orden, la reflexión, una dieta sana,
un espacio de recreo, filosofía y ejercicios para hacer frente a la
ansiedad, el estrés, los dolores musculares y de espalda, al mismo
tiempo que aumenta la autoestima con granitos de felicidad que marcan un
antes y un después en la actitud de las personas hacia la vida. El yoga
clásico abre nuevas puertas en la búsqueda de una vida saludable y
feliz desde la Asociación de Yoga Clásico de Castilla-La Mancha
instalada en Puertollano e impulsada desde 1998 por Rafael López y
Pawies que enseñan las claves de esta ciencia milenaria.
Inspirados
en las artes aprendidas por los grandes maestros Paramahamsa
Madhavadasaji, Shri Yogendraji y Harold Sequeira en el Yoga Institute of
Bombay en India, Rafael López y Pawies marcan las pautas de una actitud
hacia la vida basada en el orden, la reflexión, el “ahar” o dieta, el
“vihar” o recreo, la filosofía y los ejercicios armónicos. Alejado de la
estresante vida de la ciudad, de las comidas rápidas y poco digestivas y
de los irritantes gimnasios que aseguran la figura perfecta, el yoga
ayuda a mejorar la respiración, enseña a las personas a poner los pies
en la tierra y combate los dolores de espalda con la corrección de la
posición de la columna vertebral.
El equilibrio es el centro de una
ciencia que infunde vitalidad a los que la practican y que, según
explica Pawies, “mejora las relaciones con uno mismo”, ya que el yoga
clásico enseña a “dar un paso adelante” y a “respirar antes de contestar
a una pregunta”. Su práctica desarrolla y abre la memoria de los
jóvenes, disminuye la falta de movilidad de enfermos de alzheimer y crea
“tigres ante la vida” invadidos de fortaleza y seguridad.
Como
ciencia multidisciplinar, el yoga además fomenta el conocimiento de un
cuerpo humano en el que, como señala Pawies, “el médico eres tú”, y en
el que es fundamental la voluntad para la cura de una determinada
dolencia. En este sentido, el guía puertollanense destaca que muchas de
las enfermedades que sufre el cuerpo las ocasiona la dieta, a la vez que
destaca que las emociones, “el enfado o la alegría” ejercen una gran
influencia en los males que sufren los cuerpos. Así pues, Pawies opina
que “sería fundamental que los médicos tuvieran en cuenta estos
factores”.
La medicina preventiva es básica en una ciencia formada
por conocimientos médicos y místicos que hablan de karma y devoción, a
la vez que subrayan un profundo conocimiento del cuerpo y del ser de una
persona que va más allá de la superficialidad del mundo actual. Situada
en la escalera del saber progresivo del yoga, la conexión con el
espíritu aparece en un escalón alto que, según expresa Pawies, “te ayuda
a crecer y a estar mejor” dentro de “la búsqueda de la felicidad
interna”.
Sin ninguna prisa y marcados por las pautas que determine
cada persona, los guías de la Asociación de Yoga Clásico de Castilla-La
Mancha, como indica Rafael López, “respetamos la evolución progresiva”
de unos individuos que su primera tarea es aprender a sentarse.
Alrededor de treinta personas participan de forma habitual en sus clases
de una hora en sesiones de tarde y de mañana que se complementan con
talleres magistrales y seminarios impartidos por maestros del Institudo
de Yoga Clásico de Bombay, como el desarrollado por el maestro Harold
Sequeira a finales de septiembre.
Mujeres de unos cuarenta años
predominan en unos cursos en los que hay desde jóvenes hasta personas
mayores de edad para sumergirse en un yoga que puede practicarse desde
los siete años y durante toda la vida. Aunque hay personas que acuden
con un interés pequeño incentivado por la curiosidad y que suelen durar
una cantidad pequeña de sesiones, la mayoría de los asistentes, según
comenta Rafael López, “duran mucho tiempo” y en unos quince años se
pueden convertir ellos mismos en instructores.
La ansiedad y el
estrés figuran entre los motivos principales de los asistentes a las
clases de un yoga clásico que se ha convertido en el remedio de muchos
para la crisis económica. Con una autoestima muy baja ocasionada por las
dificultades económicas, muchos puertollanenses se han animado a
practicar un yoga que cada día triunfa más entre los famosos y que se ha
convertido en una moda comercializable.
Críticos ante la actitud que
mantienen las personas que tratan al yoga como una moda, Rafael López y
Pawies destacan que el yoga clásico “no está compuesto solamente por
los ejercicios que habitualmente enseñan instructores con escasa
formación en yoga”. Los guías formados en el Instituto de Bombay
resaltan el gran intrusismo laboral que existe dentro de una ciencia
milenaria y muy amplia que aporta, según señala Pawies, “una actitud
positiva y amorosa” hacia la vida que es comprensiva con la realidad y
que te ayuda a “ponerte a pensar”.
El yoga clásico, una nueva forma de vida saludable, feliz y tranquila
16/10/2011 - 20:59 Escrito por Lanza
Noemí Velasco
Puertollano
Rutinas saludables basadas en el orden, la reflexión, una dieta sana,
un espacio de recreo, filosofía y ejercicios para hacer frente a la
ansiedad, el estrés, los dolores musculares y de espalda, al mismo
tiempo que aumenta la autoestima con granitos de felicidad que marcan un
antes y un después en la actitud de las personas hacia la vida. El yoga
clásico abre nuevas puertas en la búsqueda de una vida saludable y
feliz desde la Asociación de Yoga Clásico de Castilla-La Mancha
instalada en Puertollano e impulsada desde 1998 por Rafael López y
Pawies que enseñan las claves de esta ciencia milenaria.
Inspirados
en las artes aprendidas por los grandes maestros Paramahamsa
Madhavadasaji, Shri Yogendraji y Harold Sequeira en el Yoga Institute of
Bombay en India, Rafael López y Pawies marcan las pautas de una actitud
hacia la vida basada en el orden, la reflexión, el “ahar” o dieta, el
“vihar” o recreo, la filosofía y los ejercicios armónicos. Alejado de la
estresante vida de la ciudad, de las comidas rápidas y poco digestivas y
de los irritantes gimnasios que aseguran la figura perfecta, el yoga
ayuda a mejorar la respiración, enseña a las personas a poner los pies
en la tierra y combate los dolores de espalda con la corrección de la
posición de la columna vertebral.
El equilibrio es el centro de una
ciencia que infunde vitalidad a los que la practican y que, según
explica Pawies, “mejora las relaciones con uno mismo”, ya que el yoga
clásico enseña a “dar un paso adelante” y a “respirar antes de contestar
a una pregunta”. Su práctica desarrolla y abre la memoria de los
jóvenes, disminuye la falta de movilidad de enfermos de alzheimer y crea
“tigres ante la vida” invadidos de fortaleza y seguridad.
Como
ciencia multidisciplinar, el yoga además fomenta el conocimiento de un
cuerpo humano en el que, como señala Pawies, “el médico eres tú”, y en
el que es fundamental la voluntad para la cura de una determinada
dolencia. En este sentido, el guía puertollanense destaca que muchas de
las enfermedades que sufre el cuerpo las ocasiona la dieta, a la vez que
destaca que las emociones, “el enfado o la alegría” ejercen una gran
influencia en los males que sufren los cuerpos. Así pues, Pawies opina
que “sería fundamental que los médicos tuvieran en cuenta estos
factores”.
La medicina preventiva es básica en una ciencia formada
por conocimientos médicos y místicos que hablan de karma y devoción, a
la vez que subrayan un profundo conocimiento del cuerpo y del ser de una
persona que va más allá de la superficialidad del mundo actual. Situada
en la escalera del saber progresivo del yoga, la conexión con el
espíritu aparece en un escalón alto que, según expresa Pawies, “te ayuda
a crecer y a estar mejor” dentro de “la búsqueda de la felicidad
interna”.
Sin ninguna prisa y marcados por las pautas que determine
cada persona, los guías de la Asociación de Yoga Clásico de Castilla-La
Mancha, como indica Rafael López, “respetamos la evolución progresiva”
de unos individuos que su primera tarea es aprender a sentarse.
Alrededor de treinta personas participan de forma habitual en sus clases
de una hora en sesiones de tarde y de mañana que se complementan con
talleres magistrales y seminarios impartidos por maestros del Institudo
de Yoga Clásico de Bombay, como el desarrollado por el maestro Harold
Sequeira a finales de septiembre.
Mujeres de unos cuarenta años
predominan en unos cursos en los que hay desde jóvenes hasta personas
mayores de edad para sumergirse en un yoga que puede practicarse desde
los siete años y durante toda la vida. Aunque hay personas que acuden
con un interés pequeño incentivado por la curiosidad y que suelen durar
una cantidad pequeña de sesiones, la mayoría de los asistentes, según
comenta Rafael López, “duran mucho tiempo” y en unos quince años se
pueden convertir ellos mismos en instructores.
La ansiedad y el
estrés figuran entre los motivos principales de los asistentes a las
clases de un yoga clásico que se ha convertido en el remedio de muchos
para la crisis económica. Con una autoestima muy baja ocasionada por las
dificultades económicas, muchos puertollanenses se han animado a
practicar un yoga que cada día triunfa más entre los famosos y que se ha
convertido en una moda comercializable.
Críticos ante la actitud que
mantienen las personas que tratan al yoga como una moda, Rafael López y
Pawies destacan que el yoga clásico “no está compuesto solamente por
los ejercicios que habitualmente enseñan instructores con escasa
formación en yoga”. Los guías formados en el Instituto de Bombay
resaltan el gran intrusismo laboral que existe dentro de una ciencia
milenaria y muy amplia que aporta, según señala Pawies, “una actitud
positiva y amorosa” hacia la vida que es comprensiva con la realidad y
que te ayuda a “ponerte a pensar”.